Aunque es una pregunta que parece tener fácil respuesta, no todo el mundo se la plantea… ¿Qué es preferible: ser atractivos, o estar sanos? El mantra de «la salud lo primero» es muy común. Sin embargo, muchas veces parece olvidarse.
Existen infinidad de mitos que destruyen la prioridad que debe tener la salud (no a los carbohidratos, dietas extremas, vigorexia, exceso de sol y bronceado, deshidratarse para no retener líquidos…)
El cuerpo humano es una máquina. Si la máquina funciona bien, nos sentiremos bien. A veces, en lugar de simplemente engrasarla y tener paciencia, es sometidas a los típicos golpes que parecen arreglarlo todo de ya para ya. Y entonces vienen los problemas.
ESTAR SANO CONLLEVA SER ATRACTIVO
Esta debe ser la idea que todos deberíamos tener presente al entrenar, hacer dieta, y mejorar nuestro físico. ¿Quiere esto decir que si estoy sano, puedo sentarme y esperar a tener el físico perfecto? No, esos abdominales no saldrán solos, ni tu trasero será la envidia de la playa.
Pero si te enfocas en cuidarte por salud, y priorizas tu bienestar al hacer deporte, tu cuerpo tenderá a estar sano y atractivo. Es una construcción a largo plazo, pero es la única que hay.
Cuando hagas sentadillas, no pienses sólo en cómo están trabajando tus glúteos. Piensa en lo bien que le vendrá a tu corazón mover toda esa sangre; en lo genial que será consumir más calorías en estado de reposo, gracias a una mayor cantidad de músculo; en tu espalda, más relajada y a la vez firme, sin dolor, gracias a los lumbares y abdominales sanos.
El cuidarte, y sentirte mejor, más fuerte, más rápido, más ágil, menos cansado y pesado, más enérgico… eso trae más placer y felicidad que cualquier talla de ropa «atractiva».
CONCLUSIÓN
No priorices el verte atractivo. Si tu cuerpo no es el deseado, muy posiblemente tampoco esté sano. Trabaja en tu salud, y la belleza vendrá por sí misma. ¡Cuídate y sé feliz!