Te explicamos cómo unos huevos terminan convirtiéndose en músculo:
1.- DIGESTIÓN
Las enzimas del estómago y del intestino delgado descomponen la proteína en péptidos, combinaciones de, al menos, dos o tres aminoácidos (conocidos también como bloques de construcción del cuerpo humano). Posteriormente, otras enzimas rompen todavía más los péptidos y liberan los aminoácidos individuales.
2.- TRANSPORTE
Los aminoácidos viajan directamente del tracto gastrointestinal al hígado a través de la vena aorta. Aunque la función principal del hígado es la desintoxicación de la sangre también impulsa a los aminoácidos de vuelta al torrente sanguíneo para que lleguen a tus músculos.
3.- RESPUESTA
Los músculos son fibras largas y en un entrenamiento de fuerza se producen microrroturas en estas fibras, provocando la respuesta de tu sistema inmune, que envía una cuadrilla de trabajadores (hormona del crecimiento y células madre) junto con el material necesario (aminoácidos) para reparar las zonas.
4.- CONSTRUCCIÓN
Tu ADN funciona como un capataz de obra: recluta a los aminoácidos, dirige su actividad y les asigna sus funciones. La cuadrilla de trabajadores de las fibras musculares utiliza los suministros de aminoácidos que acaban de recibir para tejer las miofibrillas: haces de filamentos proteicos de miosina y actina, fundamentales en la contracción muscular.
5.- REPARACIÓN Y CRECIMIENTO
Las microfichas que se acaban de fabricar se unen a las zonas de las fibras musculares dañadas . Pero la reparación de una microrrotura supone algo más que colocar un parche. Estas miofibrillas también ayudan a que el músculo se haga más grande y más fuerte de lo que era antes.