Tras la llegada el ébola a Madrid con su primera infectada fuera del territorio Africano, llegan las preocupaciones en todo el territorio Español. Como científico ambiental, creo que está bien desviarse un poco del tema del fitness y hablar sobre temas de salud, como es este que está cada vez más extendido. Aunque no sea experto en virología, me ayuda a redactar el artículo un compañero de trabajo que es experto en el tema. A continuación respondo a las preguntas más frecuentes.
¿Qué es?
La infección por el virus del Ébola provoca una enfermedad muy grave, cuyas consecuencias suelen ser letales para la mayor parte de los pacientes afectados. Según datos del Ministerio de Sanidad, la tasa de mortalidad puede alcanzar el 90% en función de la cepa.
Los síntomas presentados por las personas infectadas pueden La tasa de mortalidad puede alcanzar el 90%
ser muy diversas, las más destacadas son: aparición de fiebre, dolor de cabeza, debilidad, dolores articulares y musculares, diarrea y vómitos, falta de apetito y en algunos casos, la aparición de sangrado anormal.
¿Dónde se originó?
Para poder entender esta enfermedad, es necesario conocer sus orígenes. Peter Pilot, científico belga, describió por primera vez el virus en plena epidemia de 1976, a partir de unas muestras de sangre en lo que es hoy la Repúbica Democrática del Congo
Peter, junto a su equipo ayudó a frenar en tres meses una epidemia que se había llevado la vida de 300 personas. Lo sorprendente de este dato es que en aquella época solo había tres centros en el mundo especializados en patógenos peligrosos, uno en el Reino Unido y dos en Estados Unidos.
¿Porqué es tan peligroso el virus?
El virus es difícil de combatir, no solo por su amplio rango de hospedadores, sino porque su ataque es mortífero. Este virus ataca a las células endoteliales (que recubre la cara interna de los vasos sanguíneos y el corazón) de los vasos sanguíneos y trata de destruirlas a toda costa. Esta es la razón por la que el ébola provoca hemorragias masivas. La única forma de combatir su infección es que nuestro cuerpo sea capaz de producir suficientes anticuerpos como para «neutralizar» su ataque.
¿Cómo se transmite? ¿Es fácil contagiarse?
Contagiarse con este virus no es fácil, ya que a diferencia de otros patógenos, el ébola solo se transmite por fluidos corporales, es decir, saliva, lágrimas, sudor o fluidos sexuales. También existen fuentes de exposición, como sabanas, ropa, etc…
Es importante añadir que el contagio directo o indirecto también puede venir a través de animales salvajes vivos o muertos, que aunque a priori no muestren síntomas, pueden ser portadores de la enfermedad. El consumo de carne en mal estado o poco cocinada también puede ser un riesgo de contagio.
¿Qué es el período de incubación? ¿Cuándo aparecen los primeros síntomas?
La Organización mundial de la salud definió el periodo de incubación como el intervalo de tiempo desde la infección hasta la aparición de los primeros síntomas. En el caso del virus del Ébola, pueden transcurrir de 2 a 21 días para que se observen los primeros signos de la infección.
Cada enfermedad infecciosa presenta un periodo de incubación diferente, por ejemplo, la salmonela tarda entre 6 y 72 horas en provocar los primeros síntomas o el sarampión, que tarda entre 7 y 18 días.
¿Existe riesgo de contagio durante el período de incubación?
No, solo una vez pasado el periodo de incubación la cepa se vuelve «activa» y comienza la propagación.
¿Puede vivir el virus fuera del cuerpo humano?
Por desgracia, el virus puede vivir fuera del hospedador, por lo que hace más difícil la eliminación por completo de este virus. En particular, la capacidad de vivir fuera del cuerpo humano es diferente dependiendo de las condiciones:
- En sangre y superficies contaminadas: durante semanas a bajas temperaturas (alrededor de los 4ºC)
- Sobre materiales como el plástico, la silicona o el aluminio: en condiciones de oscuridad, temperaturas entre 20-25ºC y humedad relativa del 30-40%, puede sobrevivir durante horas. Su estabilidad es, sin embargo, menor que otros virus hemorrágicos (como por ejemplo el Lassa virus)
- En medio de cultivo de tejidos, tras un proceso de secado y almacenamiento a 4ºC, se ha observado que las partículas víricas pueden resistir más de 50 días
¿Qué medidas preventivas existen para evitar el contagio?
Según comunicó el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias en abril, los pasos a seguir ante un caso en investigación o confirmado de ébola son los siguientes:
- Comunicación urgente a todas las personas o servicios que vayan a estar implicadas en el manejo del paciente o de sus muestras
- Aislamiento estricto del paciente. De acuerdo a esta guía, el transporte deberá realizarse en una ambulancia preparada para ello, y todo el personal que trate directamente con la persona deberá portar el equipamiento protector citado antes. El ingreso se hará en una habitación individual con acceso restringido (en todo momento debe quedar registrado quién entra y sale de ese área). Por otro lado, el instrumental médico deberá ser de uso exclusivo, y en el caso de que tenga que ser reutilizable, se garantizará la correcta esterilización. Por último, debe evitarse la emisión de aerosoles (por ejemplo, la ropa de vestir y de cama del paciente no pueden ser manipuladas ni aireadas).
- Seguridad del personal sanitario. Las recomendaciones siguen los consejos establecidos por la OMS y los CDC, indicando que es necesario el uso de guantes dobles o mascarillas con respirador, entre otra equipación. Las muestras extraídas del paciente deben guardarse en bolsas selladas, para que no exista contacto directo con sus secreciones o fluidos. La guía indica que las muestras clínicas han de manipularse en cabinas de seguridad biológica de clase II, con niveles de bioseguridad tipo 3. En ese sentido, la Federación de Científicos de Estados Unidos muestra que pueden usarse cabinas de seguridad de tipo II o III si las instalaciones están confinadas siguiendo los niveles de bioseguridad máximos. Por último, todo el material y espacios que hayan tenido contacto con el paciente deben desinfectarse con una dilución 1:100 de hipoclorito sódico (lejía).
¿Existe riesgo de epidemia en España?
A pesar del alarmismo generado en los últimos días, debemos estar tranquilos: el riesgo de contagio de ébola es bajo. Aunque las actuaciones políticas no hayan sido del todo adecuadas, el hecho de que el virus no se transmita por el aire o el agua reduce las posibilidades de infectarnos.
De hecho, la paciente afectada por ébola estuvo de vacaciones tras la muerte del segundo misionero español y antes de ser ingresada. ¿Qué riesgo hay de que pudiera afectar a otras personas? Como explican desde el European Centre for Disease Prevention and Control, hay pocas posibilidades de que una persona febril y ambulante, que contacte casualmente con otra, pueda transmitir el virus en situaciones como la de estar en mismo transporte público.
¿Podemos utilizar vacunas para prevenir la infección?
En una reunión mantenida por la OMS a principios de septiembre, se evaluaron las vacunas y tratamientos disponibles contra el ébola. Por desgracia, las medidas preventivas y terapéuticas están todavía en fase de estudio.
Hasta el momento se han identificado dos potenciales vacunas, que están siendo estudiadas en voluntarios sanos y en un reducido grupo de pacientes (fases clínicas I y II, respectivamente). La OMS ha decidido priorizar el desarrollo de estas vacunas, que podrían estar disponibles en los próximos meses para personal sanitario:
- Vacuna recombinante del virus de la estomatitis vesicular (VSV-EBO), que induce una respuesta inmune específica frente al virus del Ébola
- Vacuna no replicativa del adenovirus tipo 3 del chimpancé (ChAd-EBO), que contiene un gen que codifica para una proteína de la superficie del virus del Ébola
¿Qué tratamientos hay contra el ébola?
Por desgracia, el peor brote de ébola de la historia nos ha pillado sin que las investigaciones hubieran concluido. Al igual que ocurre con las vacunas, las terapias aún no han sido probadas con las suficientes garantías en seres humanos, de forma que no conocemos su eficiencia y seguridad al 100%. Actualmente existen los siguientes tratamientos experimentales:
- ZMapp (Mapp Biopharmaceuticals), que consiste en una mezcla de tres anticuerpos monoclonales que bloquean e inhiben al virus
- TKM-Ebola (Tekmira), un fármaco basado en el mecanismo de RNA de interferencia
- Favipiravir/T-705 (MediVector), un inhibidor de la ARN polimerasa viral, que ya se había propuesto como terapia contra el virus de la gripe
Algunos de estos tratamientos, como el ZMapp o el TKM, han sido usados de manera experimental con algunos de los pacientes afectados por ébola. Los resultados no pueden ser concluyentes, ya que no sabemos si en los casos donde ha habido recuperación, se debe a una respuesta inmune de las personas infectadas, o a la ayuda de la terapia. Por desgracia, la disponibilidad de los fármacos es limitada, ya que Mapp Biopharmaceuticals anunció en agosto que no tenía más unidades del tratamiento.
¿Se ha utilizado plasma de personas curadas de ébola?
Debido a la limitada disponibilidad de terapias con las que contamos, la propia Organización Mundial de la Salud ha autorizado y priorizado otro tipo de tratamientos, como el uso de plasma de personas ya curadas. En estos casos, se supone que los pacientes han desarrollado anticuerpos suficientes y eficientes como para neutralizar al virus, por lo que podrían convertirse en una ‘fábrica experimental’ de tratamientos para otras personas afectadas.
Esta idea surgió en 1976, cuando una mujer infectada por ébola recibió sangre de otro paciente que se había curado de la enfermedad. Los resultados, sin embargo, no fueron positivos. En 1995, se probó de nuevo esta terapia experimental en ocho personas con ébola, de las que siete se recuperaron. A pesar de este buen dato, los experimentos han sido limitados como para atribuir la cura al uso de plasma sanguíneo.
De hecho, durante este último brote de ébola, al menos tres pacientes han recibido plasma de personas curadas y han presentado buenos resultados. De nuevo, es importante investigar con mayor profundidad esta posible terapia, para conocer si puede ser una alternativa médica de futuro.