Frituras y salud son palabras totalmente incompatibles para unadieta sana. La situación es aún peor cuando el aceite es reutilizado una y otra vez.
Durante el proceso de fritura, el aceite pasa por muchos cambios; el calentamiento exagerado, por ejemplo, favorece la perdida de los omega 3 y omega 6, grasas buenas y esenciales para el buen funcionamiento de nuestro organismo.
Sin embargo, la fritura está muy presente en nuestra rutina diaria y en los platos más sabrosos. Sino resistes a la tentación, hay algunas formas de convertir el monstruo de la fritura en algo más saludable.
Pon la freidora para calentar y conozca estas tips muy útiles para tu nutrición:
No utilices el aceite por diversas veces y no dejes calentar tanto a punto de salir humo de la fritura y de la sartén.
Una patata cocida tiene 68 calorías, ya una patata frita tiene 182 calorías.
Al terminar de freír, deja escurrir prácticamente todo el aceite del alimento recién frito y deja reposar por unos minutos en un plato con papel de cocina absorbente.
La fritura puede entrar de forma esporádica en tu menú, pero no te pases con las fritangas. Quien hace ejercicio físico puede quemar las calorías ingeridas, pero los maleficios que regalan a nuestra salud pasaran factura antes de lo que imaginas. El problema no esta solo relacionado al peso.
Si quieres alimentos fritos, prefiera aquellos que no tienen grasas incorporadas en su composición; una cosa es freír un brócoli en aceite, otra cosa es freír bacon. Las calorías y los daños aumentan mucho más.
Unas gotitas de limón parecen filtrar un poco la pesadez de las grasas de la fritura, experimenta.