La flexibilidad es la rama que la mayoría tiene coja. Por ello, el biomecánico, nutricionista y entrenador personal Alan Gordon, desarrolló una serie de ejercicios, tests, rutinas y técnicas, para que la mejora de la flexibilidad pudiese estar al alcance de todos, en cualquier lugar, y sin maquinaria de ningún tipo.
Este y otros artículos os darán a conocer estos puntos y ejercicios, que Alan Gordon reflejó en su libro “GET FIT: Flexibility”. Desde El Rincón del Músculo consideramos que el contenido del libro es interesante y lleno de valor, por lo cual os iremos traduciendo y haciendo llegar pasajes y contenido.
“Todos tenemos que partir de algún punto, y todos tienen diferentes niveles de flexibilidad natural”. Alan Gordon.
Antes de comenzar la rutina de flexibilidad, Gordon hace hincapié en la precaución a la hora de llevarla a cabo. Igual que no empiezas levantando 50 kg en el primer día de gimnasio, no puedes esperar llegarte con la cabeza a los tobillos nada más empezar. Cada uno debe valorar cómo de flexible es, y avanzar poco a poco, desde ese punto.
Hoy, os traemos su test inicial, que podréis realizar en casa fácilmente y sin dedicar mucho tiempo. No es un test profesional, pero sí os servirá para tener una idea de qué tal andáis en este campo.
Se divide en tres ejercicios muy simples, que enfocan tres áreas corporales.
ESPALDA ALTA Y PECHO
“Siéntate en una silla con el respaldo pegado a una mesa. Asegúrate de mantener la espalda cómodamente erguida, y ambos pies firmes en el suelo. Mantén tu pelvis y nalgas tan quietas como te sea posible. Gira a la izquierda, intentando tocar la mesa tras de ti con ambas manos. Repite el proceso, girando a la derecha.
a.- Si no estás remotamente cerca de llegar a tocar la mesa, siquiera con una mano, tienes mucho trabajo de flexibilidad que hacer en pecho y espalda alta.
b.- Si puedes tocar con ambas manos la mesa, en una posición similar a la una en punto del reloj, tienes un nivel de flexibilidad aceptable.
c.- Si puedes colocar ambos manos sobre la mesa en una posición similar a las dos en punto del reloj, enhorabuena, tienes buenos niveles de flexibilidad en pecho y espalda alta”.
HOMBROS Y PECHO PARCIAL
“Coloca un codo detrás de tu cabeza con la mano tocando tu espalda media. Pasa tu otro brazo por tu lado, también hacia tu espalda media, e intenta entrelazar los dedos detrás de ti.
a.- Si los dedos no llegan a tocarse, concentrar el trabajo de flexibilidad en hombros y pecho es una buena opción para ti.
b.- Si puedes tocar los dedos de ambas manos, tienes un nivel prometedor, pero aún tienes trabajo que hacer.
c.- Si puedes entrelazar los dedos, tienes un buen nivel estándar de flexibilidad”.
MUSLOS TRASEROS Y ESPALDA BAJA
“Para testar estas áreas basta con intentar atarse los cordones. Con cuidado, desde una posición natural inicial, inclínate por tu cadera hacia tus pies. Mantén las rodillas ligeramente flexionadas, y asegúrate de parar al primer signo de molestia.
a.- Si no puedes alcanzar cerca de tus pies, entonces tus muslos y espalda baja necesitan trabajo serio.
b.- Si te puedes atar los cordones, bien hecho, tienes un nivel de flexibilidad respetable – sin ninguna dificultad.
c.- Si puedes tocar el suelo con ambas manos completamente, con las palmas hacia abajo, excelente. Tu flexibilidad es muy buena”.
¿Qué tal andáis de flexibilidad? Con estos tres pasos, sabréis en qué zonas debéis incidir más en vuestros estiramientos.
Un punto a tener en cuenta, es que nuestro cuerpo tiene dos lados. Es normal que en uno de ellos muestres más flexibilidad que en otro. Mantente alerta, localiza en qué zonas tu flexibilidad es menor, y haz hincapié en ellas.
En nuestro siguiente artículo, daremos los tips y recomendaciones de Alan Gordon para el desarrollo de flexibilidad.
¡A trabajar!
*todo contenido en cursiva ha sido literalmente traducido del libro GET FIT: Flexibility, de Alan Gordon. (En forma: con estiramientos en español)
