Programas para personas mayores

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El número de hombres y mujeres mayores de 65 años continúa aumentando y es probable que en el año 2040 llegue a 70 millones. El envejecimiento de esta población ha conducido al desarrollo de intervenciones destinadas a optimizar la salud y reducir los costos destinados a su cuidado.

Si bien se reconoce desde hace tiempo que los ejercicios aeróbicos como caminar y nadar constituyen una recomendación importante para los mayores, las investigaciones recientes y las observaciones clínicas indican que el entrenamiento de la fuerza también puede ofrecer múltiples beneficios para la salud y el acondicionamiento de este segmento de la población. Esos beneficios pueden compensar los deterioros de la salud musculoesqulética que se producen con el paso del tiempo.

Dado que la inactividad física puede deteriorar la salud general y la capacidad de realizar actividades de la vida cotidiana (como subir escaleras y cargar la compra), no es sorprendente que el entrenamiento regular de la fuerza pueda ayudar a mantener y aumentar la salud musculoequelética. Algo de particular importancia para las personas es la observación de que la participación regular en un programa de entrenamiento de la fuerza bien concebido puede reducir el riesgo de caídas y fracturas de cadera y, como estas fracturas pueden asociarse con la pérdida de la función en el largo plazo e incluso con la muerte, esa reducción del riesgo es un beneficio importante.

Lachendes Seniorenpaar im Fitnesscenter lehnt sich aneinander an

Pese a la idea obsoleta de que el entrenamiento de la fuerza es innecesario o ineficaz para las personas mayores, los trabajos de investigación actuales indican con claridad que esas personas tienen una posibilidad importante de beneficiarse con este tipo de ejercicios. De hecho, hasta los individuos mayores de 90 años pueden aumentar su acondicionamiento muscular mediante el entrenamiento de la fuerza. Las más importantes organizaciones para la salud y el acondicionamiento, como la National Strength and Conditioning Association, recomiendan el entrenamiento de la fuerza para esta población a fin de mantener y mejorar la salud musculoesquelética y el acondicionamiento físico. Cuando se lo incorpora a un programa de ejercicios global que incluya ejercicios aeróbicos y de estiramiento el entrenamiento de la fuerza ayuda a compensar los deterioros relacionados con la edad en los huesos, la masa muscular y la fuerza que a menudo dificultan las actividades de la vida cotidiana.

Bibliografía:

  • Brown, L.E., (2008). Entrenamiento de la fuerza. Editorial médica Panamericana.

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Ismael Maciá