Siempre se ha dicho que el exceso de sol puede producir problemas en la piel como consecuencia de los efectos de los rayos UVA. El envejecimiento de la piel, los tumores o las quemaduras son peligros que hacen que mucha gente tenga miedo a exponerse a esta fuente de salud tan asequible y gratuita. En la actualidad ocurre además que con trabajos de oficina, estudios en casa y tiempo de ocio desarrollado en interiores, no tengamos tanta necesidad de salir a la calle y por tanto no nos expongamos a la luz solar.
Tomar el sol no es malo, tiene múltiples beneficios, pero como todo en la vida hay que hacerlo con moderación, prestando mucha atención a la crema que usamos para protegernos y a la hora del día en la que nos encontramos. No dar a la piel su ración de sol es privarla de nutrientes esenciales que hacen que se mantenga bonita y sana. Ahora que se acerca la época con más horas de luz, vamos a exponer los beneficios de tomar el sol.
Para empezar, cuando la piel se expone directamente al sol, nuestro cuerpo produce vitamina D. Es bien sabido que la Vitamina D es muy importante para fortalecer nuestros huesos y dientes, ya que ayuda a la absorción de calcio en el estómago. Una de las consecuencias de déficit de vitamina D es el raquitismo y es bastante frecuente en países en los que hay pocas horas de luz al año. Además, la vitamina D disminuye los niveles de la hormona paratiroidea, que además de controlar la liberación del calcio, regula la presión sanguínea por lo que ayuda a evitar riesgos cardiovasculares. Esta vitamina también parece ser la responsable de la protección del organismo frente a otros tipos de cáncer como son el de mama, el de colón o estómago.
La exposición moderada al sol puede funcionar como ayuda para tratar problemas como el acné y la psoriasis ya que a pequeña dosis el sol puede ejercer de limpiador facial.
Los rayos del astro se podrían calificar como antidepresivos naturales porque aumentan la liberación de serotonina en el organismo, lo que hace que el humor mejore de un modo generalizado. No es de extrañar que el número de suicidios sea superior en países nórdicos con poca luz comparado con países que gozan de un clima soleado.
Además, los rayos UVA inciden en el organismo reduciendo el nivel de hormona melatonina, muy elevada durante el sueño, haciendo que nos mantengamos más despiertos y activos durante el día. También actúa aumentando los niveles de testosterona, por los que hace que aumente nuestro apetito sexual.
Después de todo lo expuesto se podrá comprobar que a pesar de la mala fama que ha adquirido nuestro astro, necesitamos sus rayos para que nuestro organismo funcione correctamente, nuestro humor mejore y podamos lucir una piel sana y bonita.
¿Quién no se ha sentido abatido un día de lluvia y le ha alegrado despertarse con un día soleado?
