Los glúcidos, o carbohidratos, como se conocen comúnmente en el ámbito de la nutrición y dietética, juegan un papel muy importante a la hora de ganar masa muscular. Su función principal es proveer al organismo de la energía necesaria para que pueda realizar las actividades diarias; desde las más básicas e indispensables como respirar, hasta las más complejas como realizar alguna actividad física o practicar deporte de élite.
¿POR QUÉ SON TAN IMPORTANTES?
Sencillo. Son la fuente principal de energía en el organismo, por lo que un déficit de ellos causaría estragos dentro del mismo, como pérdida de peso (cuando ésta no se desea), catabolismo muscular (debido a que el cuerpo utiliza sus propios músculos como combustible), o mareos (debido a la falta de glucosa en la sangre) entre otros.
Todo ser humano necesita energía… entonces, todos necesitamos consumir este tipo de alimentos, sin excepción alguna. No importa realmente en qué tipo de régimen alimenticio te encuentres, no debes eliminar por completo los carbohidratos de la dieta porque esto solo causará problemas en tu organismo.
En cuanto a la ganancia de músculo se refiere, es muy importante que consumas gran cantidad de este tipo de alimento para causar un amento de peso. Por lo general se recomienda que alrededor del 50 % al 60 % de las calorías en la dieta de un individuo provengan de estos alimentos, además de mencionar que en su mayoría deben ser carbohidratos complejos (avena, arroz, pan, pasta, etc) y solo el 10 % de este total debe provenir de carbohidratos simples; en algunas ocasiones y debido a situaciones de enfermedad, el porcentaje total varía y llega a ser más bajo.
Si tienes el propósito de aumentar de peso y que ese aumento sea en músculo, además de llevar un entrenamiento personalizado, tu dieta también debe ser adaptada, ya que ningún individuo va a ingerir la misma cantidad y tipo de alimento que tú. Factores como la estatura, peso, edad, actividad física (duración, nivel, tipo), hacen que los requerimientos diarios de una persona sean únicos. Olvida las dietas milagrosas o generalizadas que se suelen publicar por doquier; la tuya debe ser única. El hecho de que una dieta le funcione a alguien para un propósito determinado, no significa que sirva también para ti.