Continuamos con la serie de posts en la que os daremos cinco consejos antes de entrar en vuestra primera clase de distintas disciplinas. La semana pasada arrancamos con el Pilates, y esta semana seguimos con otra de las clases más solicitadas en el gimnasio: el spinning.
Es verdad que, si no has entrado nunca en una sesión de spinning, desde fuera da un poco de miedo: por norma general no te sueles ver capaz de aguantar tanto tiempo sobre los pedales o de llevar el ritmo de los alumnos veteranos. Para evitar sorpresas una vez que te hayas decidido te dejamos los cinco puntos a tener en cuenta en tu primera clase de spinning.
- ¿Es tu primera clase? No hace falta que la hagas al mismo nivel que los demás. Ten esto claro desde un principio y te ahorrarás agobios y malas experiencias. Se trata de una clase nueva, de un movimiento que es posible que no hayas realizado antes (la bici de spinning no es igual que una bicicleta estática o una de paseo), y de un ritmo al que probablemente no estés acostumbrado. La primera clase (y alguna más), a tu ritmo.
- Regula correctamente la bicicleta: si no sabes cómo hacerlo, pide ayuda al instructor . Las bicicletas suelen tener marcadores numerados en los reglajes, así que apúntalos para saber cuál es la medida correcta para las próximas sesiones.
- Vigila tu postura durante toda la sesión: recuerda que el peso del cuerpo lo debe soportar tu zona central, así que realizarás un trabajo intenso de abdomen. Intenta llevar los hombros lejos de las orejas, las cervicales largas y la cabeza mirando al frente y no hacia abajo. Una buena postura optimiza tus recursos y previene lesiones.
- No olvides llevar una botella de agua: ¡hidrátate! Durante las sesiones de spinning se pierde mucho líquido en forma de sudor, de modo que es muy importante que nos hidratemos de forma adecuada antes, durante y después de la clase. A lo largo de la clase habrá pausas para beber agua, pero no tienes por qué esperar: si tienes sed, bebe.
- No te salgas a mitad de la sesión: termínala, a tu ritmo, pero hasta el final. Siéntate cuando lo encuentres necesario, baja la resistencia si ves que no puedes más, pero continúa dando pedales a tu propio ritmo. Es una buena forma de ir adaptando a tu organismo al esfuerzo que requiere una sesión de este tipo. Realiza siempre la vuelta a la calma y los estiramientos finales: ¡no te los saltes!
- Bonus: ¡diviértete! Una clase de spinning no tiene por qué ser una tortura china: gran parte del atractivo de estas sesiones es la diversión pedaleando en grupo al ritmo de la música, así que aprovecha para pasar un buen rato en compañía de tus compañeros.
Saldrás cansado, seguro, pero con la satisfacción de haber roto esa barrera del miedo que a muchos nos ha impedido entrar en esta clase durante mucho tiempo.
¡Anímate, y a dar pedales!
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