Resiliencia es una palabra que a la mayoría de nosotros nos suena ajena. Sin embargo, seguro que hemos vivido una situación en la que hayamos usado esta habilidad, o conocemos a alguien que lo haya hecho. ¿Nunca oísteis a nadie decir que quema las penas en el gym? O que cuando está triste, hace ejercicio, sale a correr, pesas, yoga, aerobic… actividades para las que se necesita unos niveles de energía superiores a los basales. ¿De dónde sale esa fuerza?
Hay personas que empezaron a hacer ejercicio tras romper con sus parejas. Fortalecerte y salir renovado de un momento triste, depresivo, o traumático, es usar tu resiliencia.
¿QUÉ ES LA RESILIENCIA?
La palabra resilencia suele venir asociada a «flexibilidad».
«Resiliencia es saber afrontar la adversidad de forma constructiva. Saber adaptarse con flexibilidad y salir fortalecido del suceso traumático»
Podemos definir resiliencia como la capacidad de afrontar un golpe, trauma, realidad no placentera, acontecimiento que provoca tristeza… aceptarlo, y reconstruirte de un modo más fuerte y seguro.
Como reza el lema olímpico: Citius, altius, fortius. “Más rápido, más alto, más fuerte”.
RELACIÓN CUERPO MENTE
Aunque la resiliencia es un concepto totalmente perteneciente al ámbito de la psicología positiva (psicología que estudia las emociones humanas consideradas positivas, en lugar de los traumas y malos momentos, pertenecientes a la psicología convencional), su método de funcionamiento es cuanto menos curioso, ya que guarda similitudes con la forma en la que funciona nuestro cuerpo.
Para construirse y fortalecerse, nuestro cuerpo primero debe “destruir”. Para que el hueso crezca, primero se agrieta (por eso el estirón puede ser molesto en algunos niños); para que el músculo gane volumen, primero aparecen roturas; para que algo evolucione, primero debe existir una situación de cambio que anime a las modificaciones.
La resiliencia es exactamente igual. El humano recibe el “golpe” (sentimental, psicológico, anímico…), se debilita, y una vez se recupera tiene la capacidad de prevenir futuros golpes similares. ¿Por qué tantas personas piensan que es una idea horrible volver con un ex?
CÓMO ENTRENAR TU RESILIENCIA
Como todo, la resiliencia es algo que puedes mejorar. Para ello, se requieren tres puntos clave:
–Aceptación de la realidad: una persona resiliente es capaz de ver la realidad, comprenderla, y aceptarla, aunque al principio cause dolor. ¿Estás celoso? ¿Tienes envidia de que alguien consiga algo que tú no puedes tener? Dilo sin temor. Un sentimiento negativo aceptado, es un sentimiento que tu cuerpo depurará, en vez de hacerlo crecer e interferir en tu rutina.
–Determinación: la persona debe poner su empeño en dejar atrás la situación. Estancarse no hará que la realidad cambie. ¿Duele? Puede doler. Este punto es el más problemático, ya que al principio requiere de una voluntad firme.
–Visión de futuro: tener objetivos a corto, medio, y largo plazo. De ese modo, mirar hacia delante no será mirar un páramo vacío. Las personas resilientes son capaces de plantearse objetivos realistas (que no débiles), a los que saben están preparados para aspirar.
Hay muchos más factores que influyen: autoestima, relaciones de afecto, asertividad… La resiliencia es un tema complejo, aunque lo estemos tratando de este modo más resumido.
Un truco para mejorar tu humor en momentos de flaqueza, es sonreír. El cerebro humano no es capaz de distinguir entre una sonrisa falsa y una verdadera en ti mismo. Para él, simplemente estarás activando un estado de ánimo. ¿Por qué la risa es contagiosa? ¿Por qué la tristeza también? El cerebro puede sugestionarse con estímulos externos para que nos induzca un estado de alegría.
Mantenerse ocupado también ayuda a la hora de superar la etapa de transición entre la aceptación de la realidad y el encontrarse de nuevo perfectamente. Sal a correr, visita el gym… ¡No dejes tu entrenamiento! Libera endorfinas, muévete… Para que la herida cierre, no la toques todo el rato. No le prestes atención, el cuerpo es sabio. Cuando el momento de decaimiento haya pasado, estarás más fuerte tanto psicológica como físicamente.
BENEFICIOS DE SER UNA PERSONA CON CAPACIDAD DE RESILIENCIA
El aumento de la autoestima, que redunda en una mayor determinación, la hace que alcances tus objetivos con mayor facilidad, lo cual vuelve a subir la autoestima… Una persona feliz, es capaz de comerse el mundo.
Los beneficios de superar traumas con cierta rapidez son claros. Además, el ser resiliente conlleva un conocimiento de uno mismo como base. La primera realidad que se debe aceptar es la personal. Y una vez la aceptas, puedes cambiar lo que no te gusta.
No es fácil entrenar la resiliencia. Es un proceso muy lento, pero fructífero. Una vez tengas gran capacidad de resiliencia, serás un ser maduro, que no depende de las opiniones del resto, capaz de decidir sobre sí mismo y alcanzar sus objetivos sin desánimo.
Este artículo sólo ofrece un pedacito de este tema… os animamos a buscar más información por vuestra cuenta… ¡Y aplicarlo todo a vuestro entrenamiento!
