Es algo que muchos podéis haber oído. ¿Es esto cierto? No. Pero como en la mayoría de los casos, depende:
- La fruta tiene fructosa, un hidrato de carbono de absorción lenta.
- Los niveles de fructosa varían de una fruta a otra, pero generalmente pueden dividirse en dos categorías, dependiendo de si tienen bastante, o muy poca.
- Frutas con niveles altos de fructosa son: manzana, mango, plátano, cocos, pomelos, grosellas y piñas, entre otros.
- Frutas pobres en fructosa pueden ser: papaya, aguacate, frambruesa, limón o lima, entre otros.
- La fructosa aporta energía en medio plazo, esto es, no se quema rápidamente. Si tomas fruta antes del ejercicio, se irá liberando durante la actividad, dándote más combustible.
Tomando fruta con la cena, si ya has cumplido tus necesidades calóricas durante el día, y lo siguiente que haces es relajarte e irte a la cama, tu cuerpo no quemará esa energía, no la necesita, por lo que parte se almacenará.
Aún así, si has acabado una dura sesión de entrenamiento, y sobre todo si estás en Fase de Volumen, un batido de frutas pequeño te ayudará a reponer las reservas de azúcar en el músculo, favoreciendo la recuperación.
Ten en cuenta que existen muchos factores que influyen en la quema de energía. Por ejemplo, si vuelves del gimnasio ya de noche y cenas, tu metabolismo en ese momento está aún acelerado de tu rutina de ejercicio. Algo de fruta no te hará mal, ya que mientras duermes tu cuerpo usará esa energía extra en regenerarse más eficientemente.
Y si tienes dudas… ¡Cena con aguacate!
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