“Dad al hombre salud y metas a alcanzar y no se detendrá a pensar sobre si es o no feliz”.
George Bernard Shaw.
No hay nada más reconfortante que los resultados positivos en cualquier tipo de actividad, ya sea en el trabajo, una relación, o en este caso, el deporte. Muchas veces el estrés y la ansiedad por obtener resultados inmediatos atosigan la práctica de ejercicios físicos y llevan a desarraigar los hábitos saludables.
Por eso una de las mejores formas de motivarse son las metas inmediatas o pequeños retos, los cuales amenizan tus entrenamientos y generan satisfacción en el mismo momento de su práctica.
No obstante, más que metas son incentivos que te empujarán a dar más de ti mismo. Y te darás cuenta de que puedes hacer cosas que creíste muy remotas o que quizás no podías realizar.
PEQUEÑOS RETOS DENTRO DE LA RUTINA DE EJERCICIO
La mejor forma de lograr estos objetivos es, en primera medida, divirtiéndote; y luego ir adhiriendo a tu rutina pequeños desafíos diarios que te alejen de la zona de conformidad de los entrenamientos o de la comodidad del sofá. Desde Rincón del Músculo te aconsejamos que incluyas este tipo de retos a tu rutina de ejercicios:
- ¿Tienes una cuesta en tu circuito de caminar? Sube trotando o corriendo.
- Agrégale a tus series de pesas o dominadas una a dos repeticiones más.
- Pedalea cortos sprint en tu bicicleta.
- Sube las cuestas como todo un “líder de montaña”.
- Antes o después de tu rutina de pesas en el gimnasio entra en una clase grupal de tu agrado (“kickboxing”, rumba, yoga, pilates, “insanity”, etc…).
- Corre ese kilómetro de más después del trabajo de fondo.
- Si caminas y quieres empezar a correr, anímate a darle la vuelta completa a ese parque o circuito.
Estos pequeños retos le aportarán a tu rutina un valor agregado: del sí se pudo. Además, desarrollarás ese apetito de buscar más en los entrenamientos para así no dejar caer en rutina la rutina.
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