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¡Di no al alcohol!

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Supongo que igual que me ha pasado a mi habréis oído hablar de las calorías vacías que contiene el alcohol y de los comentarios que dicen que un par de cañas pueden fastidiar todos nuestros progresos en el gimnasio, ya sean estos de quema de grasas o de desarrollo muscular. Pues bien, estos comentarios se acercan a la realidad pero esta puede no ser tan estricta si entendemos los efectos que el alcohol tiene en nuestro cuerpo.

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Existe la suposición de que el alcohol se convierte en grasa ya que estas calorías no se utilizan en procesos metabólicos (calorías vacías). Esto no es del todo cierto pues el alcohol no se convierte fácilmente en grasa, el problema es que mientras el cuerpo se centra en procesar el etanol deja de usar los azúcares y grasas como energías y las almacena. Además el alcohol bloquea los procesos de quema de grasas.

A efectos sobre el desarrollo muscular, el alcohol también influye pues afecta al metabolismo muscular de las siguientes formas:

Incremento de la miostatina también conocida como factor 8 del crecimiento y diferenciación: La miostatina es una proteína que retrasa el crecimiento de las células musculares. Además reduce la resíntesis de glucógeno, entendida esta como la reposición del glucógeno muscular, lo cual es importante para la recuperación post-entrenamiento y la acumulación de energía para los próximos entrenos.

Por tanto: Mayor miostatina= Menor resíntesis de glocógeno= Menor crecimiento muscular.

– Reducción del factor del crecimiento insulinico: Este factor se trata de proteínas que actúan como receptores de la insulina la cual interviene en el aprovechamiento metabólico de los nutrientes. Por tanto es imprescindible para lograr crecimiento muscular significativo.

– Reducción  de testosterona y estrógenos.

El alcohol también tiene efectos sobre nuestro rendimiento físico, reduciéndose éste entre un 12 y un 22 por ciento. Esta reducción del rendimiento hará que la intensidad en nuestros entrenamientos se reduzca y por tanto se reducirá nuestro crecimiento muscular o pérdida de grasa a largo plazo.

El consumo de alcohol provocará el aumento del cortisol. Este es una hormona que incrementa los niveles de azúcar en sangre, se encarga del metabolismo de proteínas grasas y carbohidratos y además suprime el sistema inmunológico. A pesar de metabolizar los macronutrientes nombrados anteriormente inhibe la acción de la insulina, lo cual es negativo para el crecimiento muscular.

Además el cortisol nos hace más sensibles a antojos. Supongo que alguno habréis experimentado que tras entrenar os llevaríais a la boca cualquier cosa sin importar de que se trate. Por lo menos yo si lo he experimeintado y esto es porque el cortisol se libera por el estrés creado por ejemplo durante los entrenamientos.

Tras este análisis podremos pensar que el alcohol está completamente prohibido pero no es así. Si estamos en una cena con amigos el privarnos de alguna bebida alcohólica puede ser motivo de «rechazo social» y nosotros no queremos eso. Por tanto vamos a ver algunos casos en los que se puede consumir ciertas cantidades de alcohol:

  • Un poco de cerveza puede reducir el cortisol pero si nos pasamos el proceso puede invertirse. Esta reducción se produce gracias a la cebada.
  • El vino: Siempre se ha dicho que el vino solo es la mejor de las bebidas alcohólicas en este sentido pues es la que contiene menos calorías. Pero lo más beneficioso es consumir el vino blanco pues se comporta al igual que la cerveza. No es éste el caso del vino tinto que también reduce el cortisol.
  • En todo caso nunca deberemos exceder los 0,5 gramos por kilo de peso.

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Mario Aragoneses