Aunque las proteínas contienen cerca de 4 calorías por gramo de energía, no se las considera una fuente de energía primaria como los hidratos de carbono y las grasas. Los aminoácidos, sobre todo los esenciales proporcionados por las proteínas de la dieta, permiten que el cuerpo sintetice las proteínas que necesita para los tejidos, las hormonas y las enzimas. Además, son ineficientes para proporcionar energía. Tienen un alto efecto térmico, lo que significa que de la cantidad de calorías proporcionadas por gramo de éstas (en comparación con las grasas o los hidratos de carbono) gran parte de la energía se usa para procesos metabólicos, lo que produce menor densidad de energía.
METABOLISMO DE LAS PROTEÍNAS
El entrenamiento intenso aumenta tanto la tasa de síntesis como la tasa de degradación de las proteínas musculares. Si la tasa de síntesis proteica del músculo excede la de degradación se produce un incremento neto de las proteínas, o crecimiento. La investigación ha demostrado que en las 4 horas que siguen al entrenamiento la actividad de síntesis de proteínas musculares es un 50% mayor que antes del entrenamiento mientras que a las 24 horas es 109% mayor.
La ingestión de aminoácidos a través de alimentos o suplementos antes y después del ejercicio estimula el transporte de aminoácidos al músculo esquelético y por consiguiente estimula la síntesis de proteínas. En lo que se refiere al momento en que deben consumirse los aminoácidos después del ejercicio, los resultados son similares cuando el consumo se produce a la hora o a las tres horas posejercicio (ventana metabólica). Además, algunas evidencias indican que el consumo de aminoácidos inmediatamente antes del ejercicio de fuerza aumenta la síntesis de proteínas en una magnitud aun mayor que cuando se consumen después del entrenamiento.
Es posible que esto se deba al aumento del flujo sanguíneo muscular durante el entrenamiento, que determina que los músculos reciban una mayor provisión de aminoácidos. El anabolismo muscular se produce si se consumen aminoácidos solos o hidratos de carbono solos a la hora y a las dos horas del ejercicio. Sin embargo, el mayor efecto anabólico se observa cuando los aminoácidos y los hidratos de carbono se combinan.
El entrenamiento de fuerza de alto volumen o el entrenamiento con sobresolicitación o fatiga subaguda (overreaching) intensa (es decir, cuando los volúmenes de entrenamiento son más altos que lo normal pero no lo suficiente como para llegar al punto de sobreentrenamiento) seguido por una recuperación inadecuada al principio reduce la fuerza y la potencia muscular.
Estas reducciones se moderan con la administración de suplementos de aminoácidos. Además, durante los períodos de déficit de energía, como en el estado de ayuno o después del entrenamiento, la dieta con alto contenido de proteínas es eficaz para aumentar la masa corporal magra y la fuerza.
En modo en que los músculos usan las proteínas también se relaciona con la razón por la cual algunos deportistas usan esteroides, aunque sean peligrosos y estén prohibidos en la mayoría de los deportes competitivos. El uso de esteroides parece disminuir los requerimientos proteicos necesarios para el equilibro nitrogenado y el anabolismo; esto es resultado de la mayor capacidad de reciclar los aminoácidos provenientes de las proteínas degradadas para sintetizar nuevas proteínas musculares.
Algunas evidencias indican que la infusión o la ingestión de ciertos aminoácidos puede aumentar las concentraciones de hormona del crecimiento, pero este efecto es variable y disminuye por el ejercicio y las dietas con alto contenido de proteínas.
Bibliografía:
- Brown, L.E., (2008). Entrenamiento de la fuerza. Editorial médica Panamericana.