Muchas personas, nos encontramos “atascados” en nuestra etapa de definición, y no sabemos el por qué. ¿Es esa tu situación? Pues, si ese es tu problema, hay una manera sencilla y que además no te costará dinero, y ayudará a perder esa grasa subcutánea que deseas. Presta mucha atención a lo que viene a continuación.
El cuerpo humano necesita energía para llevar a cabo sus funciones vitales. Y esa, la obtenemos de los hidratos de carbono, que una vez ingeridos, digeridos y finalmente absorbidos, para posteriormente ser utilizados por las células en forma de glucosa y almacenados en músculo e hígado como glucógeno.
Pues bien, existen dos tipos de hidratos de carbono, dependiendo de la velocidad de su absorción a nivel intestinal: lentos denominados índice glucémico bajo(arroz vaporizado, integral, avena…) y rápidos o también llamados de índice glucémico alto (azúcar).
La importancia de conocer esto es que la ingesta de unos u otros va a influir de manera indirecta en la QUEMA DE GRASA. Debido a que , aquellos de valor glucémico alto van a provocar una liberación de insulina elevada, y por tanto se produce un exceso de glucosa en sangre que no va a ser requerido por el organismo en ese momento, y lo acumulará en forma de grasa. Sin embargo con un hidrato lento, vamos a conseguir que su absorción a nivel intestinal se ralentice, y así su paso a sangre sea a menor velocidad, dando tiempo a las células para que obtengan energía y que no se guarde como grasa.
Si tu objetivo es mantenerte el mayor tiempo posible en un estado metabólico que favorezca esa eliminación de grasa, controla el tipo de hidrato que cubre tus necesidades diarias. Te muestro un tabla con ejemplos de ambos tipos (al comienzo del artículo).
