No es lo que comes. Es con qué lo comes. Para sacar el máximo partido a tu plato, prueba estas poderosas combinaciones.
Salud para el corazón
Copos de avena + manzana
La avena contiene dos ingredientes estupendos que te ayudan a proteger el corazón: betaglucano, una fibra que combate el colesterol, y avenatramida, compuesto que protege el colesterol LDL del ataque de los radicales libres. Para dar mayor poder cardioprotector a tu cuenco de cereales, añádele una manzana troceada, sin quitarle la piel, ya que ahí es donde están todos los nutrientes. Las manzanas contienen flavonoides, antioxidantes que acaban con los radicales libres y además combaten la inflamación. Justo lo que te recomendaría el médico.
Para obtener más energía
Garbanzos + pimiento rojo
Los garbanzos son ricos en hierro, pero no podrás aprovecharlo si tu cuerpo no es capaz de procesar esta fuente de energía. El hierro procedente de los vegetales es difícil de absorber. Así que añade unos pimientos rojos y la vitamina C de la verdura escarlata desbloqueará el hierro para que tus glóbulos rojos puedan hacerse con él. Simplemente olvídate de los Doritos y usa tiras de pimiento rojo para mojar en el hummus, y convertirás ese tentempié para tomar frente a la tele en una gran fuente de energía.
Para mejorar la vista
Espinacas + aguacate
La espinaca está cargada de luteína y vitamina A, ambas buenas para la vista. El aguacate no sólo te proporciona grandes dosis de estas sustancias, sino también las grasas saludables que necesita el cuerpo para atrapar los nutrientes. Así que si vas a comer a un restaurante mexicano, pon espinacas para acompañar el guacamole, en lugar de lechuga iceberg. O mejor aún, hazte una ensalada de espinacas con un aliño de aguacate (mezcla trozos de aguacate en la licuadora con zumo de limón, aceite de oliva, sal y pimienta).
Para la piel
Tomate + aceite de oliva
El cuidado de la piel no es algo que deba descuidarse, y el licopeno, poderoso antioxidante procedente sobre todo de los tomates, te hidratará desde dentro. Acompáñalos con aceite de oliva, ya que las grasas sanas facilitarán la absorción del licopeno.
El aceite de oliva tiene sus propios efectos beneficiosos sobre la piel: en un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition se observó que la gente que toma más aceite de oliva presenta menos arrugas.
Para mejorar la digestión
Yogur + semillas de linaza
Los yogures diseñados especialmente para mejorar la salud del aparato digestivo te proporcionan sustancias probióticas; bacterias beneficiosas que activan la actividad intestinal.
Pero los probióticos se alimentan de otros probióticos – fibras especializadas presentes en alimentos como las semillas de linaza -. Más fácil no puede ser: echa un par de pellizcos de semillas de linaza molidas en el yogur probiótico de la mañana. Eso es todo.
Para potenciar el sistema inmune
Pollo + boniatos
Los boniatos son una gran fuente de vitamina A. Pero la vitamina A, sin una cantidad suficiente de zinc – presente en carnes como la del pollo – es como intentar encender fuego sin una cerilla. Necesitas el zinc para metabolizar y distribuir la vitamina A por todo el cuerpo.
Sin él, no te ayudará todo lo que podría en la lucha contra las infecciones. Cuece un boniato en el microondas y acompáñalo con pollo y queso.
Unos abdominales más visibles
Pasta + vinage balsámico
La pasta es estupenda para recuperar la energía tras el entrenamiento, pero puede que vuelvas a tener hambre unas horas más tarde. Si aliñas tu comida post-entrenamiento con un poco de vinagre, el ácido acético reducirá el ritmo de la digestión y de absorción de la glucosa de los almidones, de modo que el azúcar en sangre aumente y disminuya de forma más gradual, tal como descubrieron en un estudio de la Arizona State University. Al controlar el hambre, reduces las posibilidades de hincharte más tarde.