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La influencia del deporte en la estética personal. Parte II

Ya echamos un primer vistazo al tema de la estética en la primera parte de este artículo. Sigamos pues con los beneficios del deporte en nuestra imagen.

Uno de los factores más importantes para alcanzar esa estética deseada, es el que nos impone el tener un cuerpo estilizado. Un estilo de vida activo, en lo que al deporte se refiere, es el perfecto tratamiento anti obesidad, y el necesario para mantener la forma indefinidamente. Deberemos intercalar ejercicios aeróbicos con otros de fuerza o anaeróbicos en función de nuestro peso y estado de forma. Siempre se había pensado que lo mejor para reducir tejido adiposo era el entrenamiento aeróbico (correr, montar en bici, nadar, bailar…), pero luego se ha demostrado que el entrenamiento de fuerza tiene más efecto porque sigues quemando grasas después del ejercicio, durante los periodos de recuperación. El ejercicio facilita que llegue más circulación sanguínea a los tejidos adiposos, lo que hace que se movilicen las grasas y estas puedan ser utilizadas para el proceso metabólico de los músculos. Pero hay que advertir que, cuando lo que se busca es adelgazar y reducir grasa, el ejercicio ha de ir acompañado siempre de una dieta. Todo esto es esencial para mantener un peso y volumen constante, y así también reducir el riesgo de arrugas y de flacidez en la piel que van asociados a los cambios súbitos de peso.

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Como tratamiento dermatológico, al mantener un buen tono de los músculos que hay debajo de la piel, esta envejece mejor y no se estropea. Por otra parte, si aumenta la masa muscular, la piel se muestra más lisa y tersa, menos flácida, y como el ejercicio estimula la circulación sanguínea, se crea una mayor oxigenación que favorece la llegada de nutrientes a las células y la eliminación de toxinas, de forma que mejora la tonalidad y el color de la piel. El ejercicio ayuda a preservar el colágeno, el componente más abundante de la piel, que evita la flacidez y otros síntomas de envejecimiento. Pero no todo son buenas noticias, los dermatólogos advierten que la práctica habitual de deportes al aire libre también conlleva una mayor exposición a los efectos del clima sobre la piel y eso puede implicar un mayor envejecimiento cutáneo, por lo que, la mejor manera de paliar ese riesgo es utilizar protectores solares para la piel y que no irriten los ojos, cubrirse con una gorra y vestirse con tejidos técnicos con un buen filtro solar.

Otros estudios científicos determinan que el sudor contiene un antibiótico natural que ayuda a reducir el acné (a lo que ayuda también la disminución de la secreción de la insulina), al mismo tiempo que hidrata y limpia la piel, eliminando las células muertas y bacterias depositadas en los poros.

También reporta beneficios como tratamiento capilar, como ocurre con la piel, una mejor circulación sanguínea por la práctica de ejercicio se relaciona con una mejor tonalidad, suavidad y brillo del cabello. Y la mejora de los niveles de estrés también contribuye a un mejor aspecto capilar. Aunque hay que advertir que el pelo de quienes practican habitualmente deporte también está más castigado porque está más en contacto con el viento, el polvo, el sol y el agua, y porque, además, los deportistas suelen lavarlo más a menudo y ese mayor roce y lavados se acumulan y el pelo se desgasta antes.

Otro de los beneficios estéticos atribuidos a la práctica regular de ejercicio tiene que ver con su capacidad para mejorar el ritmo intestinal y evitar el estreñimiento. Explican algunos expertos que la actividad física aumenta las contracciones de la pared intestinal y disminuye el tiempo que tardan los desechos en pasar por el intestino, de modo que se acumulan menos toxinas en el organismo y con ello disminuye el riesgo de algunas erupciones cutáneas (granos, acné…) y también de hinchazón abdominal.

Otro posible factor antiestético que puede ser tratado es el de las varices, ya que la mejora de la circulación sanguínea que implica el ejercicio conlleva un menor riesgo de varices. Explican los expertos que por una parte aumenta la cantidad de sangre que expulsa el corazón en cada latido y, por otra, se incrementa la elasticidad de los vasos sanguíneos y se facilita el retorno de la sangre desde las piernas.

En resumen, salud, belleza y deporte van siempre de la mano, aunque no debemos olvidar que todos los extremos son malos. La falta de ejercicio físico se delata enseguida, se produce una falta de flujo linfático y la aparición de ojeras alrededor de los ojos.

El ejercicio físico mejora nuestro estado de salud, lo que nos lleva a encontrarnos mejor, nos hace sentirnos bien y contentos, lo que produce ese esplendor estético que a todos-sinceramente- nos gusta, y que produce un cierto atractivo en los demás. Es un bucle o círculo vicioso en el que todos queremos entrar y mantenernos.

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