Imagina que llevas un tiempo sin hacer pesas, decides empezar de nuevo y tras una larga y dura sesión de pesas reconoces haber forzado tus músculos, pero claro, el que algo quiere, algo le cuesta. Al día siguiente cuando te despiertas te das cuenta que te duele todo el cuerpo. ¡Tienes agujetas! Entonces te preguntas ¿Cómo puedo acabar con las agujetas? Aquí te diremos un par de trucos.
Cuando al día siguiente le comentas a tu compañero de pesas que tienes agujetas, él te responde: “Toma agua con limón y azúcar” o “Sigue entrenando más duro, que así se te quitarán antes”. Esas afirmaciones son totalmente falsas.
Al realizar una tarea no habitual que compromete algún músculo en especial, este tejido no estará acostumbrado a dicha actividad y se producen pequeñas roturas de las fibras musculares más débiles.
Como ya hemos dicho antes, tomar agua con azúcar o bicarbonato no reduce las agujetas, lo único que hace es hidratarnos una vez hemos acabado el entrenamiento. Seguir haciendo deporte más intensivamente tampoco reducirá las agujetas.
Los alimentos que ayudan a la reparación del tejido roto son aquellos que son ricos en magnesio, sodio y proteínas, como los frutos secos, pan integral, atún o lácteos.
Por otra parte es cierto que el entrenamiento y la constancia lleve finalmente a una reducción de las agujetas. La forma de hacerlo será comenzar los primeros días con poco peso y ir aumentando paulatinamente el peso.
Hay que hacer ejercicio con cabeza y no empezar a lo bestia, ya que puede ser que las agujetas sean el menor de tus problemas.
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