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Alcohol: ¡Abre lo ojos!

EDPIDEMOLOGÍA

La epidemología es una disciplina científica que estudia la distribución, la frecuencia, los factores determinantes, las predicciones y el control de los factores relacionados con la salud y con las distintas enfermedades.

El consumo habitual de elevado alcohol conlleva un daño físico y psicológico. La epidemología del consumo de alcohol es algo complejo pues el consumo de alcohol está muy arraigado y a veces los propios profesionales sanitarios no valoran seriamente los indicadores del problema. Dentro de estos indicadores cabe señalar: trastornos psiquiátricos, intoxicaciones agudas y el síndrome alcohólico fetal. Este último es un trastorno permanente provocado por la exposición del embrión y del feto al alcohol ingerido por la madre durante el periodo de gestación o lactancia.

Los estudios realizados en España datan de 1978 (Gausull, Bach y Freixa). En 1984, el Ministerio de Sanidad y Consumo publicó en un estudio que el 51,7% de la población española adulta consumía bebidas alcohólicas a diario y de esta cantidad, más de un 7% lo hacía en cantidades que se consideran de riesgo. El mayor porcentaje de bebedores se encontraba entre los 18 y 34 años.

Según el INE (Instituto Nacional de Estadísitca) de 1950 a 1989 la proporción de mujeres en el mundo laboral pasó del 16 al 34% y esto está relacionado con un consumo más elevado de alcohol en la población femenina trabajadora (58%) que en las amas de casa (44%). Así, el consumo del alcohol procedente del vino ha aumentado un 85%, el porcentaje de bebidas destiladas un 96%, mientras que el aumento de consumo de cerveza es de un 2500%.

Higadillo

EFECTOS DEL ALCOHOL SOBRE DIVERSOS ÓRGANOS DIGESTIVOS

El alcohol provoca alteraciones en el organismo humano. Se pude asociar con diversos grados de malnutrición, con obesidad o con enfermedades digestivas, neurológicas o cardiológicas. El consumo habitual de bebidas alcohólicas puede provocar alteraciones en casi todos los órganos del cuerpo humano. La cantidad de alcohol que ingerida diariamente puede considerarse inocua oscila entre el 10 y el 20% del total calórico. Expresado de otro modo, hasta 0,6 g por Kilo de peso en el varón y hasta 0,5 g por kilo de peso en la mujer.

Su consumo habitual puede originar trastornos nutritivos, alteraciones en varios órganos o dependencia. A continuación se explican estas alteraciones:

Tracto digestivo superior

El alcoholismo puede provocar un aumento del volumen de las glándulas salivares con trastornos en la secreción.

En el esófago produce una tendencia a las lesiones por reflujo ácido, ya que disminuye el tono del cardias. Éste último es la parte del estómago adjunto al esófago.

cardias

Esta lesión (por reflujo ácido) puede originar trastornos nutritivos, alteraciones en uno o varios órganos y dependencia.

Estómago.

El consumo ocasional de una bebida alcohólica aumenta la secreción ácida del estómago. Por ello, una pequeña cantidad puede colaborar en la digestión química de los alimentos. Pero dosis o concentraciones elevadas, pueden originar una gastritis aguda.

El consumo habitual de alcohol produce una disminución de la secreción gástrica que es la encargada de la secreción de aquellas sustancias que intervienen en los procesos de digestión, absorción, control de la secreción, etc.

Bilis e hígado

El alcohol disminuye la cantidad secretada de sales biliares. Este hecho altera la flora intestinal, lo que conduce a una acción irritante en el colon.

En cuanto al hígado, las lesiones que produce el alcohol son el hígado graso, la hepatitis alcohólica y la cirrosis. En estas enfermedades se altera en distinto grado el metabolismo de los principios inmediatos y de algunas vitaminas. El hígado graso y la hepatitis aguda alcohólica son reversibles con el abandono del alcohol en un 80-90% de los casos. La cirrosis, sin embargo es incurable, aunque su evolución puede ser muy lenta  y sus complicaciones controladas en los primeros años.

Páncreas

La pancreatitis crónica debida al alcohol es una de las complicaciones más notables de los bebedores habituales. Conlleva una secreción exocrina disminuida, causa de mal absorción intestinal. Esta puede conducir a un estado de desnutrición proteicoenergética grave, así como a carencias de vitaminas. La pancreatitis aguda puede adoptar formas graves, con peligro para la vida.

Intestino delgado

El alcohol reduce la motricidad gástrica y aumenta la intestinal. Esto puede ser causa de diarreas. También pueden producirse alteraciones del epitelio intestinal. Por ello, no es rara la aparición de malabsorción. La consecuencia puede ser un estado de desnutrición proteicoenergética grave, así como carencias vitamínicas.

 

Bibliografía

Cervera, J. Clapés, R. Rigolfas. Alimentación y dietoterapia. Cuarta Edición. 2004 McGraw – Hill – Interamericana. ISBN: 978-84-486-0238-3.

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